The Fountain

Me gustó bastante la última película de Darren Aronofsky, a pesar de haber sido abucheada por la crítica festivalera, sin embargo me costó mucho entender el conjunto de lo que quería decir.

Menos mal que mi hermano es el jefe de las metáforas y está vez sí que fue a ver la peli que le había recomendado. No sé si el director concibió la película con el sentido que la entendió mi hermano, pero a mí me parece que encaja bastante y me convence.











El protagonista no son tres si no que es uno sólo: un científico desesperado por intentar salvar la vida a su esposa. Esta obsesión trasciende de forma metafórica hacia atrás y hacia delante en dos sentidos y con dos porpósitos: entender las extensiones del amor y la muerte. En ambas situaciones es lo mismo, siempre el sufrimiento de hombre, la dura prueba de asumir la soledad y aceptar la muerte.

Usando de escenario una sociedad con la ciencia como dios incuestionable, el director muestra a un hombre que trata de alcanzar la solución del eterno problema del humano. Bajo mi punto de vista lo que acaba por querer mostrar es que el protagonista, tras intentar resolver el problema recurriendo a la ciencia ( alargando su vida) fracasa. Fracasa constantemente hasta que decide afrontar su debilidad, su pérdida y acepta escribir el final del libro, terminar la historia. Un hombre se libera cuando acepta sus barreras y limitaciones, también el fin (de su mujer, suyo y de su amor).



1 comentarios:

Anónimo dijo...

Te vamos a echar mucho de menos en el curro.
cuídate
besos