TRÁNSITO

7-04-2005

Se despiden las horas corriendo agitadas por el segundero.
Puede ser que mientras tanto:
dos amigos sean cómplices
de alguna verdad que sólo ellos dos entienden.
O que alguien tenga una revelación
acerca de un problema que le está acosando.
Puede ser que una familia
pierda a un ser querido,
que una pareja entienda
que ya está todo perdido
o que por fin un niño aprenda
a atar los cordones de sus zapatos.

El tiempo se evapora,
se larga como un comprador indignado,
huye escurriendo el bulto
como cualquier cobarde,
o bien se aleja mirándonos,
con los ojos llenos de lágrimas
por separarse después de habernos disfrutado.

No hay lógica que sirva con la vida.
Puede que intentemos llevarla mascada,
que tengamos momentos
de extrema lucidez y sepamos
que una cosa viene detrás de otra,
aunque en realidad, estamos
completamente expuestos,
desnudos en la falda de una montaña rala.


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