Adios teléfono rojo, adios

El miércoles me levanté por la mañana y me sentí rara. Era mi último día de trabajo con los cascos puestos, el teléfono atronando sobre la mesa y yo dando explicaciones a personajes cabreados. Eso es lo que tienen de bueno los contratos temporales, que son una mierda, pero se acaban pronto. Así que a las dos menos diez, me largué de allí pensando todo lo fuerte que podía: "adios pringaooos" y me di un paseo por el PTM hasta mi conche con una de las sonrisas de satisfacción más reales que he sido capaz de tener en toda mi vida.
Se acabarón los insultos, los marrones gloriosos y las mañanas larguísimas, comprobando talleres de reparación y víctimas de accidente. Y me voy en el mejor momento, porque la gente cada día llama más moelsta. El otro día nada más descolgar le dijeron a una compañera: -¡Lo siento, pero te va a tocar a ti! (parece ya una película de mafiosos).
Como hay que ser realistas, también he de reconocer que la cosa ha tenido su parte buena (aparte de cobrar a fin de mes): He aprendido un montón de seguros y ahora sé con quiénes hay que evitar un accidente (mucho cuidado con los autobuses de la EMT, porque es imposible reclamar por la via normal. El seguro "Mercurio" en el que están incritos todos ellos, no está en el convenio CIDE/ASCIDE que establece un plazo legal de 15 días para responder a una reclamación de una compañía contraria. La reclamación hay que hacerla por carta y se tarda muuucho, muuucho en cobrar), he aprendio que hay que leerse muy bien las pólizas de seguros que uno/a firma, que no hay que firmar declaraciones de acuerdo amistoso en accidentes cuando no se tiene muy claro si nos quieren engañar... y un largo etc.

Así que hoy empieza una nueva etapa... ¡¡adios telefonito rojo!!



1 comentarios:

cactux dijo...

Y ahora ¿qué vas a hacer? ¿tienes planes guapa?? ;)