Morteruelo loco

De vez en cuando conseguimos liar a un grupo de gente y nos vamos para Cuenca. No es sólo porque haya unos cuantos amigos por alli (que siempre hace ilusión ver), sino también el encanto de la ciudad. Esta vez estuvimos un sólo fin de semana, visitamos como siempre la ciudad (aparcando arriba y descendiendo con prudencia por las calles empedradas). Otra vez visitamos el Museo de Arte Abstracto y otra vez me volvió a encantar. La última vez me compré la lámina del Campo de mimbre de Sempere y esta vez me he llevado un libro de Zóbel. Me encantan sus cuadros y me interesó aún más cuando pude ver sus cuadernos de bocetos en acuarela. Ahí va la muestra y cuando me lea el libro contaré curiosidades:















A parte del museo vimos la ciudad de noche, los desayunos de los domingos (cuidado que las churrerías cierran), y el paisaje de otoño (el mejor otoño que he visto es el de esta región). Depués nos volvimos y otra vez lunes... en fin por lo menos hay algo que contar.

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